Las principales formas de nubes son:
Son las nubes que se forman a mayor altitud, hablando de alturas entre los 5 mil y los 18 mil metros. El nombre cirro proviene de latín rizo o sortijilla de pelo, de forma similar en Latinoamérica se le conoce como mechón de pelo.
Los cirros son una formación de millones de cristales muy pequeños de hielo, que por la altura se congelan y son afectados por el aire, adoptando diferentes formas. Se vislumbran como blandas delgadas, finas, líneas que surcan el cielo de forma suave y entrelazada. En ocasiones se dibujan también filamentos que se doblan, columnas vertebrales o senderos borrosos.
Existen varias clases de cirros: cirros unicnus, cirros vertebratus y cirros fibratus. Cada una de ellas se refiere a la forma que se hace en el firmamento por la unión de varias nubes. Estas nubes ayudan a condensar el calor emitido por la tierra y reflejar la luz del sol.
Son nubes que pueden cubrir el firmamento. Se forman por debajo de los 2 mil 500 metros de altura y son propias de lo días fríos o en los que hay presencia de neblina, cuando el aire frío se mueve a una altitud baja. Están compuestas de agua y se ven con una base uniforme que varía del gris al blanco homogéneo.
Son nubes planas sin mayor forma especial, a las que se le pueden distinguir los contornos. Por lo general cuando hay estratos no se refleja la luz del sol, pues son nubes más espesas, pero en los casos en los que se ve el sol, los bordes de los estratos no se distinguen fácilmente.
Los estratos se asocian con las precipitaciones y las lloviznas. A veces se forman como grupos de nubes uno sobre otro, dicha formación produce un paisaje frío, lúgubre y de colores opacos.
Son esas nubes que se ven y se les notas formas específicas. Los cúmulos se forman solos, en filas o en grupos. Son nubes pequeñas que se les nota muy bien sus bordes y puede generar una sensación de nubes de algodón. Se forman por debajo de los 2 mil metros de altura y en algunas condiciones son signo de que se avecina una lluvia.
Los cúmulos crecen verticalmente y no horizontalmente. Se suelen formar en cualquier época del año, sin embargo, son más frecuentes en las épocas calurosas como el verano.
Por otra parte, la palabra hace referencia la “acumulación”. Las nubes de este tipo reflejan la luz del sol y al estar separadas permiten su paso libremente. Así se forman nubes iluminadas por el sol de una apariencia brillante, con una base sensible horizontalmente; y, por otro lado, de un color más oscuro como si estuviera rellena de agua. Cuando los cúmulos son pequeños se refieren al buen tiempo y cuando su tamaño es grande y se tornan más oscuros, pueden indicar aguaceros o tormentas.
Existen nubes que indican condiciones climáticas, pero los nimbus son por excelencia los indicadores de lluvia. Son nubes de altura media de color gris oscuro y base irregular. Su color es debido a su gran densidad y espesor, el mismo motivo que se les relaciona directamente con la lluvia, aunque en algunos casos pueden evaporarse antes de llegar al suelo.
Los nimbos se clasifican en cumulonimbus y nimbostratus. Los cumulonimbos son las nubes de crecimiento vertical que se forman por un grupo de nimbos en la atmósfera media o baja. Los nimbostratus crecen de forma horizontal también en las partes medias o bajas de la atmósfera.
La palabra nimbus proviene de latín y significa tormenta, en Latinoamérica se le conoce como nube de lluvia o tormenta de lluvia. Otra característica de este tipo de nubes es que impide el paso del sol y no refleja su luz.