Las principales formas de resolver un conflicto, según el modelo Thomas Kilmann, son:
El modelo de Thomas Kilmann tiene dos variantes que le dan forma, la determinación y la cooperación. ¿Qué tanto pienso en los intereses del otro y qué tanto en los míos? La respuesta evasiva indica que a la persona no le interesan los intereses propios ni de la otra persona, de hecho, no le interesa resolver el conflicto.
Esta forma de resolver conflictos es propia de asuntos triviales o pasajeros, situaciones en donde es mejor dejar pasar el conflicto que enfrentarlo. También sucede cuando no es posible lograr los propios objetivos y la situación no varía, o cuando los demás resuelven el conflicto de forma más eficaz.
Este modelo es válido para situaciones específicas, se debe ser cuidadoso de que no se transforme en una actitud continua hacia los conflictos que se presentan. No es la forma de resolver conflictos por excelencia, pero sí permite afrontar diversas situaciones.
es una forma de resolver el conflicto enfocada en ganar, en el poder, en los intereses propios. Cuando se compite lo que se persigue son los propios objetivos sin pensar en lo que el otro espera. La forma competitiva busca hacer válidos los derechos propios, defender una postura propia o solo ganar.
Es una forma de resolver problemas, propio de situaciones de emergencia, asuntos de importancia como disminución de gastos; cuando es necesario hacer valer la autoridad o como método de defensa ante personas que se aprovechan del comportamiento no competitivo.
Se usa poco cuando la persona no es consciente de la influencia o el poder que tiene, cuando no está acostumbrado a ser competitivo, tiene dificultades para defender sus posturas o prefiere no incomodar a nadie con sus decisiones. Por el contrario, se usa mucho en ambientes competitivos.
resuelve el conflicto de forma cooperativa pero no es asertiva. Decidir ser complaciente en una situación significa hacer a un lado los intereses propios y satisfacer los de los demás. Hay un sentido de autosacrificio característico de personas generosas o altruistas para darle gusto a otros, cuando podrían no hacerlo.
La forma de resolver un conflicto de manera complaciente es común en situaciones donde la persona debe reconocer que se equivocó. Cuando la importancia del asunto es mayor para la otra persona. Cuando se debe tener un gesto de buna voluntad e interés por resolver el problema. Cuando es más importante conservar la armonía que discutir y en las situaciones en que se prevén problemas mayores que van a requerir que el otro sea complaciente (un tipo de favor a cambio).
Es excesivo cuando se practica para demostrar respeto o reconocimiento a alguien, o se hace desconociendo el valor de las propias determinaciones. Por otra parte, les hace falta usarlo a quienes son poco razonables, quienes imponen su voluntad o no saben darse por vencidos.
Resolver un conflicto de esta manera quiere decir que hay un equilibrio entre asertividad y cooperación. Lo que se busca son soluciones convenientes para la situación, en donde las dos partes estén de acuerdo. No se trata de ceder, ni de competir, sino de encontrar una solución intermedia a los dos puntos de vista.
Las situaciones para resolver por la vía comprometida son ante objetivos importantes que no justifican la controversia. En las negociaciones. Para lograr acuerdo temporales en asuntos complejos. Para resolver problemas bajo presión de tiempo y cuándo falla la colaboración o la competición.
Hay personas que siempre prefieren resolver sus problemas bajo este método, son flexibles, razonables y prefieren llegar a un acuerdo que adoptar posturas extremas. En contra de esto es que puede poner en riesgo los propios principios, valores u objetivos. Pero, lo deben usar quienes tienen dificultades para llegar a un acuerdo o se sienten incómodos negociando.
Resuelve el conflicto de forma asertiva y colaborativa. Las dos personas buscan un camino que cumpla con las necesidades de ambos. Para ello es necesario hacer un análisis de la situación, de los intereses, los puntos de vista y las alternativas que existen.
Se usa en situaciones donde es importante llegar a un acuerdo, más es necesario tener en cuenta los dos puntos de vista porque son igual de importantes. También se utiliza en procesos de aprendizaje para validar las posiciones de las dos partes. Igualmente es común para generar un compromiso sobre la decisión tomada y para solucionar problemas interpersonales.
Son pocos los casos en donde su uso sea excesivo. Sin embargo, algunas señales de este caso son que la colaboración desgaste la energía y la voluntad de las partes, que sean problemas triviales que no requieran tanta atención o que sea contradictorio a los intereses y la sana competitividad.